La Opinión- "Un mensaje de inclusión, compasión y misericordia
Estados Unidos sigue siendo para muchos una tierra de sueños,” dijo el papa Francisco en su histórico discurso ante el pleno del Congreso el 24 de septiembre. Este mensaje me hizo pensar en mis padres cuando ellos llegaron por primera vez a los Estados Unidos. Pensé en los sacrificios que ellos tuvieron que hacer para que mis hermanos y yo pudiéramos tener mejor vida y tener la oportunidad de realizar el sueño americano. El sueño que muchos tienen cuando cruzan nuestras fronteras y, seguramente, el sueño de la pequeña Sophie Cruz, la niña que inocentemente tuvo la valentía de acercarse al pontífice para pedirle que apoye a todos los padres y familias indocumentadas en los EE.UU. ¿Y qué fue lo que el pontífice hizo al acercase a la tierna Sophie? La recibió con los brazos abiertos.
Eso fue el mensaje del Papa en su visita a los Estados Unidos. Fue un mensaje de inclusión, compasión y misericordia. El Papa nos recordó que somos un país grande y poderoso, pero a veces fallamos en abrir nuestros brazos a la gente que más lo necesita. Nos recordó de que es nuestra la responsabilidad común de dejar este mundo mejor de cómo lo encontramos, que debemos combatir la pobreza y proteger a nuestro planeta.
“¿No es esto lo que queremos nosotros para nuestros propios hijos?” preguntó el pontífice. Como nación, nos hizo reflexionar que a pesar de nuestras diferencias, tenemos una obligación de ayudar y apoyarnos unos a los otros. El Papa tuvo un poder transcendente y obligó a muchos de nosotros a seguir trabajando juntos para mejorar los intereses de todos viviendo en nuestro país.
Al final del día, el Papa nos recuerda que “un buen político es aquel que, teniendo en mente los intereses de todos, toma el momento con un espíritu abierto y pragmático.”
No es coincidencia que el Papa vino durante el Mes de la Herencia Hispana. Con un 43% de la comunidad católica en los EE.UU. siendo latino/a, tener el respaldo de un líder internacional que viene de sangre latinoamericano es significante para nuestra comunidad hispana. El discurso del pontífice es uno que reflexiona los valores latinos, un discurso de familia y piedad.
El Papa también destacó las contribuciones de los inmigrantes, los cuales son una parte integral de la sociedad en nuestro país. Y sin dar nombres, confirmó que aunque muchos nos quieren hacer de menos y separar nuestras familias, como latinos somos una comunidad fuerte y unida. Somos una comunidad que influye a este país cada día.
Como hija de inmigrantes, nuestra historia es la de muchos en nuestro país. Es acerca de sostener los valores americanos y mantener a nuestras familias unidas. Hoy debemos actuar en lo que dijo el papa Francisco: “Recordemos la regla de oro: Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes.”
Estoy lista para actuar y luchar por este mensaje con mis colegas y con los líderes de todo el mundo para abogar por los intereses de nuestra comunidad y abrir las puertas de oportunidad para todos.