La Guerra En Iraq
Mi Posición: Con toda la charla de la política, de los éxitos militares y de las fallas, lo qué se ha conseguido a perder son los sacrificios de los soldados que sirvieron en el extranjero y con ellos los sacrificios de familias a quienes se les exigieron esperar ansiosamente para el regreso de las tropas.
Mi Posición: Con toda la charla de la política, de los éxitos militares y de las fallas, lo qué se ha conseguido a perder son los sacrificios de los soldados que sirvieron en el extranjero y con ellos los sacrificios de familias a quienes se les exigieron esperar ansiosamente para el regreso de las tropas. El Vise Presidente anterior, Sr. Dick Chaney tuvo en su estancia la audacia de decir que “el Presidente llevaba la carga más grande en esta Guerra.” Es aquella altura de arrogancia y de la irresponsabilidad que ha llevado al Presidente Bush a sacrificar las vidas de más de 4,000 soldados Americanos, 30,000 tropas heridas hasta la fecha, y una incontable cantidad de familias rasgadas emocionalmente por las muertes de sus amados ofreciendo asistencia Americana a las guerras civiles de otros países. Sin duda, son nuestras tropas las que están cargando la mayoría del peso de sufrimiento—nuestros patriotas verdaderos en una guerra a la que pocos Americanos le siguen brindando algún apoyo.
Esta guerra sin justificación ha durado cinco años sin ningún final previsto, ha durado más tiempo que la misma Segunda Guerra Mundial, y en 2008 el Candidato Republicano para la presidencia, el Sr. John McCain, anunció que la Guerra en si podría durar unos cien años más sin finalizarse. Nuestros soldados no merecen noticias de ese índole. Ellos no merecen ser estirados a servir tan indignadamente unas terceras, cuartas y sextas veces de expediciones a un país cerca la destitución. Merecen en vez nuestra gratitud y nuestro respeto por haber decidido a poner sus vidas y sus cuerpos en riesgo excepcional. Y merecen regresar a su país a una recepción animada, y cuidado detalloso de sus vecinos y familia.
En el pasado cuando América se encontraba en crisis nosotros no uníamos y vencíamos nuestros obstáculos con un sacrificio en conjunto—ahora como nos encontramos en la crisis de dos Guerras, una economía atascada, y una pauta de recursos energéticos nosotros como un país nuevamente debemos de unirnos y afrentar a nuestros nuevos desafíos como una comunidad.
Introduje al Congreso 110 la legislación inicial que asignaba el servicio por mandatos militares o nacionales para nuestra juventud en el camino siguiendo hasta la Guerra de Iraw, convencido que si nuestros hijos y hijas estuvieran en posiciones a entrar en la batalla, que nos exigiría a nosotros los políticos a pensar dos veces antes de dar una aprueba a semejante Guerra u ocupación. También sentía que era tiempo que todos los Americanos-- incluyendo a los ricos-- sean exigidos a probar su patriotismo. Toda la gente joven debe de hacer una contribución al país.
Podría decir que unos de los aspectos más notables y más lamentables de nuestra ocupación de Iraq y Afganistán ha sido la falta de invitar a la gente americana a que participen con los esfuerzos militares con algun nivel de sacrificio por la administración de Bush. El resultado ha causado que de manera más avergonzosa un poco más que la mitad de 1% de Americanos lleve la carga de las dos guerras.
A mi modo de ver, en un tiempo de crisis a todos se les debe dirigir una llamada a la participación. En una época de crisis, cada uno debe de sacrificar. Pero, el sacrificio no necesita ser exclusivamente en forma de servicio militar. Poner en peligro el cuerpo y la vida de uno es la mera definición del heroísmo, pero cualquier trabajo que mantenga nuestra América fuerte y sirviendo el bien común debe de ser valorado como un esfuerzo patriótico. Mi legislación, el acto Nacional Universal del Servicio, comanda dos años de servicio nacional para los adultos 18 a 42 en cualquier capacidad que promueva la defensa nacional - de manera militar o civil. Incluso cuando no hay alguna guerra para declarar, nosotros deberemos de proveer a nuestro pueblo una amplia anchura de opciones de contribución para el bien de todos. Nuestras comunidades, nuestros niños, y nuestra seguridad sirven a beneficiar. ■